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Personalidad como puente entre la biología, la conciencia y la vida.

Actualizado: 22 oct

Durante mucho tiempo, la personalidad se ha considerado un conjunto de rasgos fijos y relativamente estables. Sin embargo, hoy sabemos que esos rasgos son tendencias dinámicas que pueden desarrollarse, integrarse o transformarse con el paso del tiempo y la experiencia. Lejos de ser una estructura inmutable, la personalidad es un sistema vivo, sensible al entorno, a la historia personal y al grado de conciencia que tengamos sobre nosotros mismos.


Además, los rasgos no son en sí mismos positivos ni negativos. Cada uno cumple una función adaptativa dentro de nuestra historia y contexto. Por ejemplo, el neuroticismo puede predisponer a una mayor sensibilidad emocional, lo que también puede traducirse en empatía y profundidad afectiva si se gestiona con conciencia. La extraversión puede facilitar la conexión social, pero también requerir espacios de silencio; la introversión puede promover reflexión y creatividad, pero necesita abrirse al intercambio.


Lo importante no es el rasgo, sino la relación que establecemos con él: si lo vivimos desde la rigidez o desde la flexibilidad, desde la inconsciencia o desde la presencia.


En este sentido, el contacto con la naturaleza y el trabajo corporal consciente —principios centrales del somatic healing— nos ofrecen caminos para reeducar nuestra relación con nuestros propios rasgos. Cuando nos conectamos con el cuerpo, aprendemos a percibir las señales fisiológicas de nuestras emociones y patrones, y a responder con mayor regulación. Cuando nos abrimos a la naturaleza, experimentamos la interdependencia, la calma y la autoaceptación que surgen al reconocernos como parte de un ecosistema más amplio.


Ambos procesos —el corporal y el natural— nos ayudan a convertir la personalidad en una herramienta al servicio del bienestar y no en un límite


A través de la conciencia somática, la autorreflexión y el contacto con el entorno, podemos moldear nuestros rasgos para que expresen lo mejor de nosotros: sensibilidad sin sufrimiento, fortaleza sin rigidez, apertura sin dispersión.


Así, nuestra personalidad deja de ser algo que “tenemos” para convertirse en algo que cultivamos, como un jardín interior en permanente diálogo con la vida.


La conciencia es la herramienta más sofisticada que poseemos: nos permite ver con claridad nuestra maquinaria interna, reconocer las tendencias heredadas de nuestra biología y de nuestra historia, y, en lugar de luchar contra ellas, acogerlas con respeto y ternura. Desde esa mirada amorosa podemos gestionar, orientar y refinar nuestra personalidad, poniéndola al servicio de lo que realmente somos: nuestra esencia, nuestro ser profundo.


Comprender nuestra personalidad desde la conciencia no significa anularla, sino ayudarla a expresarse en su máxima coherencia y belleza.


Cada rasgo, incluso aquel que a veces sentimos como limitante, contiene una intención adaptativa: el miedo busca proteger, la extraversión anhela conexión, la sensibilidad procura comprensión. Cuando los observamos desde la conciencia, podemos liberar esas intenciones de sus rigideces y permitir que se manifiesten de manera equilibrada y creativa.


La conciencia se convierte en un espacio de diálogo compasivo entre el cuerpo, la mente y el alma. Nos invita a vivir con presencia, a diseñar el entorno que nutre nuestra mejor versión, y a transformar lo automático en elección, lo reactivo en respuesta, lo inconsciente en sabiduría.


Por eso, creo que cultivar conciencia es un acto de amor hacia nuestra propia naturaleza: un recordatorio de que somos parte del flujo de la vida, capaces de cuidarnos, de transformarnos y de crear armonía entre lo que sentimos, pensamos y hacemos.

 
 
 

16 comentarios


Nuria
Nuria
23 oct

Mi querida Cris,

Además de todo la verdad que transmites,tu escritura no sale de tus dedos,sino de lo más profundo de tu alma,tus frases armoniosas,se balancean en el papel,como las olas del mar,llegando a nuestros corazones, anhelando escucharte,tú escritura además de interesante es cercana y casi diría yo, mágica,iluminando nuestro ser y despertando nuestros sentidos al leerte de alguna forma parecen de un ser iluminado,y ese ser eres tú, Kris, gracias de todo corazón,esperando leerte más y másun besitos!

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Muchísimas gracias por tus palabras, preciosa! Eres arte pintando, cosiendo y también escribiendo!! :) 🩵

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Nuria
Nuria
23 oct

❤️

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🩵

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Om nada sivayha. En el momento en que nos reconocemos parte del TODO, con la humildad y a la vez la fuerza que esto conlleva, sabemos que ese todo está dentro de nosotros, y somos seres de luz con las posibilidades que queramos y sobre todo a las que nos abramos. Los límites sólo existen en nuestras mentes moldeadas por el contructo social. Como bien escribes, Cris, el contacto con la naturaleza, con atención y propósito, nos eleva y potencia dejando los orgullos e inseguridades bien lejos. Y nuestra personalidad es en definitiva nuestra gran aliada y amiga. Gracias de nuevo, Cris, por tus "regalos".

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Gracias a ti, preciosa! :) 🩵

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Ssisita89
23 oct

Me encantó este artículo Cris. Logras transmitir de una manera muy bonita cómo la personalidad y la conciencia son procesos vivos, en constante transformación. Es fascinante pensar que nuestra esencia no es algo fijo, sino una algo adaptativo que nos permite crecer y reinventarnos❤️Gracias

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Muchas gracias a ti! :) 🩵

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Encantado de leerte, siempre aportando y dando lo mejor de tí !!

Muy agradecido por tranmitir tus conocimientos que nos hacen mucho bien y nos enseñan muchas cosas y aprender a vivir de la forma mas saludable y feliz.

Gracias Cris !!!!

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Gracias! :)


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